Los recién nacidos aún no tienen las bacterias intestinales adecuadas para producir suficiente vitamina K por sí mismos. La dosis de vitamina K que el bebé recibe directamente después del nacimiento es suficiente para la primera semana. Desde el día 8 hasta las 12 semanas, se recomienda diariamente 150 mcg adicionales de vitamina K para los bebés que son amamantados.

Puedes dar las gotas directamente en la boca de tu bebé con el cuentagotas o mezclarlas con leche extraída. Es útil administrar las gotas de vitamina K en un momento fijo del día, por ejemplo, antes o después de una alimentación, para recordarlo fácilmente.

Comienza el día 8 después del nacimiento y continúa hasta la semana 13. La recomendación de suplementación se aplica a los bebés amamantados. Los bebés prematuros necesitan un suplemento de vitamina K por más tiempo. Consulta con el médico o el consultorio pediátrico sobre esto.